Las emociones son como huracanes en el océano de nuestra mente: pueden surgir de repente y arrastrarnos con su fuerza avasalladora, aunque también pueden ser una brisa suave que acaricie nuestra alma. Todo depende de la forma en que aprendamos a manejarlas.

En los últimos tiempos, las neurociencias han emergido como una fascinante área de estudio que revela los intrincados vínculos entre la mente y el cuerpo. ¿Pero sabías que no todas las ramas de las neurociencias se centran en el mismo enfoque?

Al explorar la biología desde una mirada integrativa y transformar nuestra vida a través de las bioneuroemociones, podemos llegar a comprender y abordar los desafíos que enfrentamos de una manera más completa y significativa.

Cuando vemos a una persona con un brazo o una pierna enyesados, o tal vez con una fuertísima gripe, comprendemos que se siente mal y tratamos de brindarle apoyo. Esto gracias a que podemos "ver" que está enferma.

Cuando nos aferramos a los errores del pasado, permitimos que la culpabilidad nos consuma desde adentro, afectando no solo nuestra salud mental, sino también nuestro bienestar físico.

Gracias a su labor tan especial de escuchar empáticamente y a su sabiduría clínica, los psicólogos nos ayudan a desentrañar los nudos mentales que obstaculizan nuestro crecimiento personal.

La dualidad es una ley fundamental en el universo, y se manifiesta en todos los aspectos de nuestras vidas. Desde los extremos opuestos de la temperatura hasta los conceptos de bien y mal, la dualidad está presente en todo lo que experimentamos.

En nuestro recorrido por la vida, a menudo nos encontramos con situaciones que desafían nuestra comprensión de lo que es real y lo que no lo es.

El pensamiento sin acción es como un barco sin viento: lleno de potencial, pero sin moverse hacia su destino...

Madurar no significa olvidar o despreciar lo que fue importante en nuestro pasado, mas bien implica reconocer que la vida está en constante cambio.